jueves, 29 de diciembre de 2011

Cartagena de Indias y Sierra Nevada

Salimos con Tony de San Pancho en una lancha que nos llevó a Turbo, lugar donde empieza la carretera en Colombia. De ahí tomamos un puerta a puerta a Montería, y de esta, otro puerta a puerta a Cartagena. En un mapa no parece mucho pero la carretera era malísima y cada 10kms nos paraba la policía para sacarse el aguinaldo. El conductor asentía con la cabeza y le pasaba el billetito disimuladamente. 
Llegamos de noche. Pinchó el primer taxi que nos acercaba al casco viejo. En el segundo escuchamos que había una media de 5 asesinatos por día en Cartagena. La calle de los hosteles, estaba abarrotada de gente, gringos salían debajo de las piedras, Junior había ganado la copa y los colombianos lo estaban celebrando. Los hosteles estaban sin camas ni agua. Nos metimos en el primer sitio que encontramos. Era ya tarde y nos dormimos.  
Por la mañana visitamos esta ciudad colonial repleta de historia y turistas. Primer puerto de los españoles donde acumulaban las riquezas antes de mandarlas. La ciudad fue destruida y atacada varias veces por el pirata Blake por lo que la muralla tardó casi 200 años en construirse. Por la tarde recorrimos un par de kilómetros de esta y nos sentamos a ver el atardecer entre los cañones que hay cerca del Café del Mar. 
La mañana del 23 nos marchamos para Mamancana, reserva natural y hogar de unos amigos de Tony. El taxi que nos llevaba a la estación mas parecía una sauna. Las calles hierven en embotellamientos en esta ciudad.

El autobús pasaba por Barranquilla y debido al aire acondicionado tuvimos agarrar los sacos de dormir. Testigos afirman haber visto pingüinos en el baño. ¡Malditos! se escondían en el único lugar al que no llegaba ese aire helado.
Nos recogieron en mitad de la carretera y nos llevaron a un restaurante español en Rodadero a cenar. Temporada alta de turismo colombiano en esta ciudad que nos recordó a Benidorm. Croquetas de jamón y calamares como los de la abuela nos quitaron las penas. Dormimos en estas Cabañas ecoturisticas basadas en construcciones de pueblos Tayronas. 
Un amigo de ellos nos había invitado a todos a celebrar Noche buena y Navidad en una casa en la sierra nevada, sistema montañoso mas alto cerca del mar. El camino aunque hermoso de vistas era horrible de vías. Además, no entraba suficiente gasolina al motor y paramos 10 veces a lo que bautizamos como ordeñar la vaca. Llevábamos dos sofás en la furgoneta y provisiones de ron suficientes para pasar una semana. Cuando llegamos arriba no nos lo creíamos. Santa Marta enfrente, tumba de Bolívar, mas a la derecha el tayrona, próxima parada. Al otro lado los picos nevados y al frente, de noche, se observaba el resplandor Barranquilla con una luna amarilla en forma de uña que parecía pintada sobre esta. Vaya vista. Debe ser la mejor del viaje hasta ahora. Nos enteramos que la persona que nos acogía era el dueño de la fabrica del mismo ron que estábamos bebiendo y que la casa primero había sido observatorio toltueca, luego la reclamó la FARC, y después los paracas instalaron un helipuerto. Modelos colombianas e importantes personajes habían pasado por acá. Que belleza de lugar. Nos quedamos hasta el 29 de rumba con los parseros y embobados con las vistas.








































viernes, 23 de diciembre de 2011

Tapón de Darién



Darién en lengua embera significa "donde se esconde el sol". El tapón de Darién es un sistema montañoso de selva entre Colombia y Panamá. Único lugar donde se corta la Panamericana.
 
El cruce entre América Central y América del Sur no es fácil.  Para entrar en avión a Colombia te piden billete de salida. Las compañías aéreas no te aseguran el rembolso del billete. Para Puerto Obaldía, última ciudad de Panamá de donde salen barcas a Colombia, no había aviones hasta finales de enero. El paso a pie es peligroso por paramilitares y traficantes.
 
Entonces solo nos quedaba la opción por mar. Fuimos al Caribe lugar de lluvia perpetua y gente huraña, a buscar a alguien que nos pasara. Nos encontramos que había un negocio brutal de veleros con parada en San Blas guiri tour. Rondan los 450$ con 5 días de navegación. Encontramos un carguero mucho mas barato y lento que tardaba 5 días solo en llegar a puerto Obaldía, pero su salida se retrasaba cada día porque su carga no llegaba nunca. Finalmente encontramos en la marina de Portobelo, lugar donde llegó Colón, el siguiente anuncio: "Transporte a Colombia, lancha rápida. Nelly" Llamamos y al día siguiente nos
fuimos para donde salía la lancha.

Dos días esperamos a que se llenara la lancha y mejorara un poco el mar. Bea estaba cagada.  El tercer día pusimos el equipaje en bolsas de basura y salimos temprano. Íbamos una pareja de la república Checa, dos americanos que habían llegado hasta allí haciendo autoestop desde las vegas en solo 3 semanas, Tony un catalán, el capitán y su hijo colombianos y nosotros dos. También llevábamos no se cuantos kilos de pollo y salchichas para ir vendiendo en las paradas que hiciéramos. Llovía y las primeras dos horas el mar estaba feo. Surcábamos las olas y caímos a golpes en la siguiente con el remojón incluido. Hubo un momento de pánico cuando se nos pararon los dos motores de 40 caballos y nos quedamos a la deriva en mitad del oleaje. Parece ser que son situaciones bastante comunes.
 
En cuanto llegamos al archipiélago de San Blas la mar cambió a mejor y nos quedamos más tranquilos. Estas islas son alucinantes, la pena es que estén llenas de basura. Arena blanca y cocoteros. Zona de indios kunas donde no rige la ley Panameña solo la kuna. Son celosos de sus costumbres no dejan hacer fotos y además te cobran por todo. Lo tienen bien aprendido. Entre sus leyes está que un extranjero tiene que pagar una multa de 30.000$ si se lía con una mujer kuna.
 
La primera noche pusimos la tienda en una isla llamada Narganá. Al día siguiente paramos en la que bautizamos la isla maldita. A uno de los americanos le dio un apretón y tuvo que hacerlo en un callejón. Los kunas le pusieron una multa de 10 dólares, la cagada más cara de su vida. Saliendo los motores rozaron con un arrecife y nos quedamos solo con uno el resto del viaje. Atracamos en Puerto Obaldía ya de noche mientras un grupo de militares nos miraban los pasaportes y los perros las mochilas. Nos dio igual, ya casi habíamos llegado a Colombia.
 
A la mañana siguiente por fin llegamos a Capurganá primer pueblo de Colombia. Es increíble como cambia tanto el carácter de la gente de un país a otro. Los colombianos nos recibieron con los brazos abiertos, sonrisas y ganas de rumba. Esa noche nos reímos mucho de lo que había sido el viaje y nos despedimos de los demás viajeros. Pasamos unos días en San Pancho, lugar idílico en la selva del chocó. Monos, iguanas, tucanes y perezosos rondaban nuestra cabaña. Sitio mágico de verdad. Ahora estamos en Cartagena de Indias, pero eso es otra historia diferente.