jueves, 1 de diciembre de 2011

Archipiélago de Solentiname


La verdad es que desde que salimos de Ometepe las cosas andan saliendo medio torcidas. Primero llegamos a Solentiname , archipiélago de islas dentro del lago Cocibolca en Nicaragua, hogar del poeta Ernesto Cardenal y paraíso terrenal para miles de especies de aves. Solo hay dos botes a la semana que hacen el trayecto desde San Carlos, comienzo del río San Juan. Recién llegamos un martes por la tarde me di cuenta que no llevaba el pasaporte, se debía de haber caído en San Carlos y hasta el viernes no podíamos volver. Esa noche dormimos con una botella de ron en la cama. A la mañana siguiente conseguimos el teléfono del capitán que nos había llevado a San Carlos pero no había ni rastro. Las peores sospechas se iban confirmando. Llamamos a la embajada para adelantar cualquier tramite, pero solo cabía ir a Managua y esperar allí 3 semanas a la valija diplomática. Pasamos el día negociando con gente que tenía barca para volver a San Carlos pero parecía que se querían aprovechar de la situación. Llamamos a la radio local para poner un anuncio y me pusieron en antena al instante. "soy un español que viaja por Nicaragua y he perdido el pasaporte. Quien lo encuentre que lo lleve a la radio y tendrá una recompensa de 100 pesos" me hizo prometer el locutor. Ya éramos famosos y la gente nos decía que nos había escuchado en la emisora. Por la tarde apareció un grupo de gringos y fui a hablar directamente con el guía, un yugoslavo bien parecido a Bumbury que había luchado en la guerra y ahora estaba en contra de las armas. Me dijo que al día siguiente nos llevaba. Esa noche dormimos con los chicos de la barca en una casa de lujo. El jueves amaneció como una nueva oportunidad, hicimos el tour por las isletas antes de llegar a San Carlos. Los gringos nos hacían fotos en la despedida, otra historia que contar a su vuelta. Les agradecimos el trayecto y fuimos a todos los lugares que estuvimos el martes en busca del pasaporte. Nada de nada, no nos quedaba ninguna esperanza, aunque la alternativa no era mala tampoco: volver a la Corn Island para hacer temporada en espera del pasaporte. Ya en el ultimo momento pasando por el cajero preguntamos al segurata y allí lo había dejado. Nos sacamos el susto de encima y agarramos una barca para la frontera de los Chiles, Costa Rica. En el trayecto por el Rio Frio nos miraban los lagartos...











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