domingo, 3 de julio de 2011

El jaguar


Cuenta Felipe, padre de Eduardo, que hace casi 50 años, regentaba un hotelito con su hermano cerca de la entrada de Selva Negra.
 Pasaba todas las mañanas por la puerta, un campesino que cultivaba coles en una parcela anexa al hotel. Este, llegaba con la yegua, la amarraba al borde del camino y se adentraba para sus labores a unos 150 metros. Un mañana de verano, escuchó un enorme estruendo en el camino. Se acercó corriendo para ver lo sucedido. Lo que vio allí le hubiera helado la sangre a cualquiera. En el lugar donde había estado la yegua, descubrió un charco y de sangre y un rastro selva adentro, selva tupida. Inconscientemente siguió la pista. Cien metros después, encaramada a un árbol, halló a la yegua, o los restos que quedaban de ella. Descubrió horrorizado que le faltaban los cuartos traseros, las ubres y toda la parte del abdomen. No había más pistas, ni rastro del asesino.
-Esto sólo podía ser obra de un jaguar, uno grande - pensó el campesino. Los jaguares son muy poco comunes y difíciles de ver; pero en verano, temporada donde la comida escasea; si es necesario salen de la espesura para cubrir sus necesidades. Seguramente el animal se había saciado y había considerado dejar las sobras a salvo en las ramas de un árbol para otro momento de hambre.


El caso es que el campesino se propuso vengar la muerte. Se fue a casa, a pie, agarró su escopeta de 5 cartuchos y volvió al lugar del crimen. Se subió a un árbol cercano al de la yegua, amarró su cuerpo a las ramas con una cuerda e hizo lo mismo con la escopeta.  Se dispuso para esperar en silencio al asesino. Pasó la noche y no hubo señal del animal pero cuando empezaba a clarear escuchó unos ruidos.




Al verlo desde arriba lo primero que pensó es que era muy pequeño como para subir el cadáver de una yegua a las ramas de un árbol.  Parecía que no le había visto y esperó a tener visión de tiro. El animal subió al árbol donde estaba la yegua para repetir el festín y justo en ese momento el campesino disparó dándole en un costado y cayendo este al suelo. Pero el animal no estaba muerto, y se disponía ahora a subir al otro árbol, donde estaba el campesino que ya había quedado descubierto por el ruido del disparo. Este le asestó otro tiro, esta vez en el pecho, dándole muerte.
-Puro cuento para niños – dijo sobre esta historia el Doctor Gonzalo Navarro de 80 años, que había vivido en la selva cuando joven y su opinión es muy respetada por haber sido alcalde de Matagalpa y estar licenciado en leyes. – Los jaguares no tienen tanta fuerza como para levantar una yegua en el aire-
No sabemos la verdad, pero lo que si sabernos es que Felipe jura que el cuerpo del animal no era tan pequeño como le había parecido al campesino desde la altura, pues cubría toda la tina de su camioneta, que los colmillos eran de largos como los dedos de un hombre, que su hermano conserva aun la piel negra y moteada del animal, y que la cabeza la exhibe glorioso  el campesino en su casa, contándole al que pasa esta historia con una mezcla de orgullo y tristeza por la pérdida.

Hemos encontrado en Wikipedia algo que puede apoyar la versión del campesino:

“El jaguar es un carnívoro felino del género Panthera y la única de las cuatro especies actuales de este género que se encuentra en América. También es el mayor felino de América y el tercero del mundo, después del tigre y el león. Su distribución actual se extiende desde el norte de México y gran parte de Centroamérica hasta el Perú, Paraguay y el norte de Argentina.
Se encuentra emparentado y se asemeja mucho en apariencia física al leopardo (Panthera pardus), pero generalmente es de mayor tamaño, cuenta con una constitución más robusta y su comportamiento y hábitat son más acordes a los del tigre. Si bien prefiere las selvas densas y húmedas, puede acomodarse a una gran variedad de terrenos boscosos o abiertos. Está estrechamente asociado a la presencia de agua y destaca, junto con el tigre, por ser un felino al que le gusta nadar.
Es fundamentalmente solitario y un cazador que tiende emboscadas y oportunista a la hora de elegir las presas. También es un superpredador y una especie clave que desempeña un importante papel en la estabilización de los ecosistemas en los que habita, regulando las poblaciones de las especies que depreda. El jaguar tiene una mordedura excepcionalmente potente, incluso en comparación con otros grandes felinos,3 lo que le permite perforar los caparazones de reptiles acorazados como las tortugas y utilizar un método poco habitual para matar: ataca directamente la cabeza de la presa entre las orejas para proferir un mordisco fatal que atraviesa el cráneo con sus colmillos alcanzando al cerebro.4 5
El jaguar está calificado en la Lista Roja de la UICN como «especie casi amenazada» y su número está en declive.1 Entre los factores que lo amenazan se incluyen la pérdida y la fragmentación de su hábitat. A pesar de que el comercio internacional de jaguares o sus partes está prohibido,6 este felino muere con frecuencia a mano de los humanos, especialmente en conflictos con rancheros y granjeros. Aunque reducida, su distribución geográfica continúa siendo amplia. A lo largo de la historia, esta distribución le ha otorgado un lugar prominente en la mitología de numerosas culturas indígenas americanas, como los mayas y los aztecas.
El jaguar es un cazador más dado a preparar emboscadas que a la persecución. Se desplaza sigilosamente por caminos del bosque, escuchando y acechando la presa antes de lanzarse sobre ella o prepararle una emboscada. Ataca desde su escondrijo con un salto rápido, habitualmente desde un punto ciego del objetivo; la capacidad de emboscada de esta especie está considerada casi sin parangón en el mundo animal tanto por los indígenas como por los investigadores de campo, y son probablemente producto de su papel como superpredador en distintos entornos. La emboscada puede incluir saltar dentro del agua para perseguir la presa, pues es capaz de llevar una de buen tamaño nadando; su fuerza es tal que puede cargar con cadáveres tan grandes como el de un novillo hasta lo alto de un árbol que sobresalga del nivel del agua.47

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