Darién en lengua embera significa "donde se esconde el sol". El tapón de Darién es un sistema montañoso de selva entre Colombia y Panamá. Único lugar donde se corta la Panamericana.
El cruce entre América Central y América del Sur no es fácil. Para entrar en avión a Colombia te piden billete de salida. Las compañías aéreas no te aseguran el rembolso del billete. Para Puerto Obaldía, última ciudad de Panamá de donde salen barcas a Colombia, no había aviones hasta finales de enero. El paso a pie es peligroso por paramilitares y traficantes.
Entonces solo nos quedaba la opción por mar. Fuimos al Caribe lugar de lluvia perpetua y gente huraña, a buscar a alguien que nos pasara. Nos encontramos que había un negocio brutal de veleros con parada en San Blas guiri tour. Rondan los 450$ con 5 días de navegación. Encontramos un carguero mucho mas barato y lento que tardaba 5 días solo en llegar a puerto Obaldía, pero su salida se retrasaba cada día porque su carga no llegaba nunca. Finalmente encontramos en la marina de Portobelo, lugar donde llegó Colón, el siguiente anuncio: "Transporte a Colombia, lancha rápida. Nelly" Llamamos y al día siguiente nos
fuimos para donde salía la lancha.
El cruce entre América Central y América del Sur no es fácil. Para entrar en avión a Colombia te piden billete de salida. Las compañías aéreas no te aseguran el rembolso del billete. Para Puerto Obaldía, última ciudad de Panamá de donde salen barcas a Colombia, no había aviones hasta finales de enero. El paso a pie es peligroso por paramilitares y traficantes.
Entonces solo nos quedaba la opción por mar. Fuimos al Caribe lugar de lluvia perpetua y gente huraña, a buscar a alguien que nos pasara. Nos encontramos que había un negocio brutal de veleros con parada en San Blas guiri tour. Rondan los 450$ con 5 días de navegación. Encontramos un carguero mucho mas barato y lento que tardaba 5 días solo en llegar a puerto Obaldía, pero su salida se retrasaba cada día porque su carga no llegaba nunca. Finalmente encontramos en la marina de Portobelo, lugar donde llegó Colón, el siguiente anuncio: "Transporte a Colombia, lancha rápida. Nelly" Llamamos y al día siguiente nos
fuimos para donde salía la lancha.
Dos días esperamos a que se llenara la lancha y mejorara un poco el mar. Bea estaba cagada. El tercer día pusimos el equipaje en bolsas de basura y salimos temprano. Íbamos una pareja de la república Checa, dos americanos que habían llegado hasta allí haciendo autoestop desde las vegas en solo 3 semanas, Tony un catalán, el capitán y su hijo colombianos y nosotros dos. También llevábamos no se cuantos kilos de pollo y salchichas para ir vendiendo en las paradas que hiciéramos. Llovía y las primeras dos horas el mar estaba feo. Surcábamos las olas y caímos a golpes en la siguiente con el remojón incluido. Hubo un momento de pánico cuando se nos pararon los dos motores de 40 caballos y nos quedamos a la deriva en mitad del oleaje. Parece ser que son situaciones bastante comunes.
En cuanto llegamos al archipiélago de San Blas la mar cambió a mejor y nos quedamos más tranquilos. Estas islas son alucinantes, la pena es que estén llenas de basura. Arena blanca y cocoteros. Zona de indios kunas donde no rige la ley Panameña solo la kuna. Son celosos de sus costumbres no dejan hacer fotos y además te cobran por todo. Lo tienen bien aprendido. Entre sus leyes está que un extranjero tiene que pagar una multa de 30.000$ si se lía con una mujer kuna.
La primera noche pusimos la tienda en una isla llamada Narganá. Al día siguiente paramos en la que bautizamos la isla maldita. A uno de los americanos le dio un apretón y tuvo que hacerlo en un callejón. Los kunas le pusieron una multa de 10 dólares, la cagada más cara de su vida. Saliendo los motores rozaron con un arrecife y nos quedamos solo con uno el resto del viaje. Atracamos en Puerto Obaldía ya de noche mientras un grupo de militares nos miraban los pasaportes y los perros las mochilas. Nos dio igual, ya casi habíamos llegado a Colombia.
A la mañana siguiente por fin llegamos a Capurganá primer pueblo de Colombia. Es increíble como cambia tanto el carácter de la gente de un país a otro. Los colombianos nos recibieron con los brazos abiertos, sonrisas y ganas de rumba. Esa noche nos reímos mucho de lo que había sido el viaje y nos despedimos de los demás viajeros. Pasamos unos días en San Pancho, lugar idílico en la selva del chocó. Monos, iguanas, tucanes y perezosos rondaban nuestra cabaña. Sitio mágico de verdad. Ahora estamos en Cartagena de Indias, pero eso es otra historia diferente.
En cuanto llegamos al archipiélago de San Blas la mar cambió a mejor y nos quedamos más tranquilos. Estas islas son alucinantes, la pena es que estén llenas de basura. Arena blanca y cocoteros. Zona de indios kunas donde no rige la ley Panameña solo la kuna. Son celosos de sus costumbres no dejan hacer fotos y además te cobran por todo. Lo tienen bien aprendido. Entre sus leyes está que un extranjero tiene que pagar una multa de 30.000$ si se lía con una mujer kuna.
La primera noche pusimos la tienda en una isla llamada Narganá. Al día siguiente paramos en la que bautizamos la isla maldita. A uno de los americanos le dio un apretón y tuvo que hacerlo en un callejón. Los kunas le pusieron una multa de 10 dólares, la cagada más cara de su vida. Saliendo los motores rozaron con un arrecife y nos quedamos solo con uno el resto del viaje. Atracamos en Puerto Obaldía ya de noche mientras un grupo de militares nos miraban los pasaportes y los perros las mochilas. Nos dio igual, ya casi habíamos llegado a Colombia.
A la mañana siguiente por fin llegamos a Capurganá primer pueblo de Colombia. Es increíble como cambia tanto el carácter de la gente de un país a otro. Los colombianos nos recibieron con los brazos abiertos, sonrisas y ganas de rumba. Esa noche nos reímos mucho de lo que había sido el viaje y nos despedimos de los demás viajeros. Pasamos unos días en San Pancho, lugar idílico en la selva del chocó. Monos, iguanas, tucanes y perezosos rondaban nuestra cabaña. Sitio mágico de verdad. Ahora estamos en Cartagena de Indias, pero eso es otra historia diferente.