martes, 30 de agosto de 2011

Ruinas de Copan

Cuenta una antigua leyenda maya que las almas de los guerreros muertos se convierten en mariposas. Estas pueblan los senderos de los bosques.
5 días para enamorarse del lugar. Copan es un valle privilegiado donde parece que ha coincidido toda la gracia de la naturaleza. Una preciosa orografía, cerros nubosos al amanecer, el río fertiliza el lugar donde multitud de cosechas crecen. Creo que si tiras una semilla al azar al año siguiente encuentras un árbol. Fueron sabios los mayas que decidieron establecerse aquí donde la vida parece fluir constante y tranquila.
Una diferencia grande que encontramos con Nicaragua es el mercado. En copan puedes encontrar todas las frutas y verduras que puedas imaginar. Esto contrasta con su hermana mas pobre Nicaragua, donde no hay prácticamente de nada. La cerveza rica en Honduras se llama imperial, aunque en el norte es imposible de encontrar. En su lugar se recomienda beber moderadamente salva vidas.
No hicimos fotos del pueblo, aunque hermoso, estaba demasiado preparado para el turismo. Los lugares así nos hacen sentir como dólares con patas de lo cual intentamos huir. Sin embargo, hicimos dos excursiones. La primera a las ruinas, patrimonio de la humanidad. Aunque dicen que no son tan impresionantes como las de tickal, se puede apreciar gran variedad de esculturas y edificaciones. La ciudad data del siglo V al X y todavía no se sabe por que fue abandonada, probablemente conquistada por otro pueblo. Se le dice la París de los mayas por el nivel cultural destaca la escalera jeroglífica donde tres chamanes miran al atardecer entre piedras talladas.























La segunda excursión fue totalmente pasada por agua. Agarramos un bus a Sesemil y de allí hicimos raid hasta aguas calientes, frontera con Guatemala. Nos esperaba una acrópolis de termas al que las manadas de gringos todavía no han llegado. Por ahora parece un turismo bastante equilibrado. Escondidas a diferentes niveles bajo arboles y lianas, una nube de vapor las envuelve. Nacen 94 grados, donde un huevo se cocina en 5 minutos y descienden en piscinas de diferentes temperaturas, en zonas de Barros naturales y masajes de pies. El lugar es sencillamente espectacular y cuando sales tienes la sensación de estar flotando. Nos ofrecieron volver en shuttle pero pagar los 5 dólares por persona nos pareció exagerado, así que Después de alcanzar el limbo comenzamos la vuelta, no sin antes tomar algo para subir la tensión. 12 kms cuesta arriba, la señora del café q nos regaló guineos y naranjas, nos advirtió que a esa hora no pasaban carros. Sin embargo nosotros sube que te sube hacia Sesemil. Hacia el final del camino estallo una tormenta que nos mojó hasta el alma. Suerte q nos refugiaron en una casa humilde donde nos regalaron mas guineos y una de las mejores tazas de café que hemos probado. No paraba de llover. Toda la familia observaba curiosa a esos gringos locos remojados, lo que evitó que a Bea le picara un alacrán. Una de las hijas gritó "le va a picar" y nos levantamos del banco cuando ya casi lo tenía por la espalda.
En un momento que cesó la lluvia, seguimos el camino. Poco tiempo después nos agarrón de raid y nos llevaron de vuelta a copan. El tipo nos contó que ni siquiera era esa la ruta que pensaba seguir, que por alguna razón había tomado ese camino. No se si todo esto fue casualidad o nuestro propio karma, pero los hondureños nos abrieron sus casas, sus coches y su corazón.
















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